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sábado, 29 de abril de 2017

AQUÍ SEGUIMOS, PASO A PASO...




Vaya se me ocurrió empezar a leer los Cuentos Completos de Herman Melville … y estoy como atascado.

Por eso mi proyecto de viaje está como eso, proyecto.

¿Debería abandonar una lectura cuando se me “atraganta”? Debo ser Masoquista… la termino y ni la comento. Después de todo cualquiera de ellos escribe mejor que yo.

Solo comento lo que me emociona.

Y, por si fuera poco. Yo no soy nadie como para criticar.

Eso si, unas cosas me gustan y otras no… 

Es lo mismo que me pasa con los vinos… Ni soy enólogo ni crítico literario. 

Así que unos vinos y unas obras me sorprenden agradablemente y otras/os ... no dejan de sorprenderme...

miércoles, 26 de abril de 2017

VIAJAR EN EL TIEMPO Y EL ESPACIO.




En este viaje a la "almendra", al núcleo de las ciudades, Cuando termine con lo que estoy leyendo aparecerá Nueva York, Barcelona, Madrid... Es un triple viaje, en el tiempo y en el espacio tras Londres París, Berlín. Si, un paseo por el pasado que determina el presente la ciudad y su gente.

lunes, 10 de abril de 2017

Y BERLÍN. SU ALEXANDERPLATZ ERA UN MUNDO...




Tras el paseo por el señorial Londres del la Señora Dalloway de la mano de Virginia Woolf, o el culto París en compañía de  Hemingway, esta visión de Berlín anunciaba  el caos que se nos venia encima y que nos ha afectado incluso a los que no habíamos nacido. Ese Berlín cambió la historia del mundo que conocemos.


“Por lo demás pasan muchas cosas en la Alex (Alexanderplatz) pero lo importante es que este ahí” 

La Aleanderplatz es el mundo en el que Döblin lo hace converger todo. No en vano la plaza es un nudo de comunicación total y una antigua plaza de mercado, de ganado, por mas señas. Por la Alexanderplatz pasa todo, la riqueza, la miseria, la inflación, la prostitución, la pequeña y la gran delincuencia, la política, las prostitutas, los mil tranvías del Berlín de fin de los años 20.

La plaza por excelencia de Berlín (Junto a la Postadamer) es todo un mundo, el mundo. Un mundo por el que Döblin sitúa a Franz Biberkopf.  Un antihéroe, ex presidiario, que lucha por regenerarse y es arrastrado irremisiblemente a colaborar con la delincuencia y la prostitución hasta acabar sus días perdiéndose gris como una victima ninguneada.

Döblin relata con todo tipo de materiales. Recurre a la intertextualidad y entremezcla tiempos distintos. Recurre a monólogos, canciones, textos publicitarios, sonidos callejeros, titulares de prensa etc. creando un mosaico de una viveza excepcional. ¡Es genial!

Se palpa en la obra el desastre social de la postguerra, la República de Weimar, y se intuye la llegada de la hidra Nazi. Es patente la degradación moral de los ricos y de los no ricos, la ausencia de valores aquí y allí.

Y en ese Berlín, en ese mundo que es la Alexanderplatz la empresa de regeneración de Biberkopf se torna imposible.

Döblin, sirviéndose de las andanzas de Biberkopf aúna en su relato el retrato del mundo del hampa. De la prostitución, de la propia clase obrera y sus miserias, de la lucha de los socialistas en la Alemania de final de la década de los años 20 y nos deja un collage de ese mundo que el condensa la Alexanderplatz.

Desde luego estamos ante una gran obra que requiere una lenta y más que atenta lectura, que nos llevará a un mundo no tan distinto al nuestro de hoy en día en medio de esta crisis (Lo llaman crisis e igual no lo es) de principios del siglo XXI.


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